Mujeres Indígenas de Mesoamérica avanzan en los Objetivos de Desarrollo Sostenible al margen de los Estados

La Alianza de Mujeres Indígenas de Centroamérica y México centró su conversatorio en los ODS sobre la igualdad de género, la salud o el respeto a sus territorios y cosmovisión. Destacaron sus buenas prácticas para alcanzarlos, pese a la falta de apoyo gubernamental.

Carmen González Benicio, desde Tlapa, Guerrero, México 

La pandemia de COVID-19 ha exacerbado la desigualdad en México y Centroamérica. En el último año y medio, 8 millones de personas más han caído en la pobreza en la región. Ante  esta situación en la Alianza de Mujeres Indígenas de Centroamérica y México (AMICAM) son poco optimistas respecto a la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS); los 17 objetivos globales para erradicar la pobreza, proteger el planeta y mejorar la vida de las personas más vulnerables, Naciones Unidas los estableció en 2015.

Desde la Mosquitia de Nicaragua, la investigadora miskita Eileen Mairena Cunningham, dijo que aún en este contexto “hemos visto el compromiso de las Mujeres Indígenas pues mantienen a sus familias y comunidades en equilibrio y bienestar, a través de experiencias que incluyen ejemplos de economía colaborativa, circular, basadas en el buen vivir”.

Las acciones realizadas por las mujeres en las comunidades de Nicaragua abarcan  la producción de hortalizas o alojamientos turísticos sostenibles para el empoderamiento comunitario; la defensa de saberes tradicionales a través de la medicina ancestral; ejemplos de  acceso a la justicia por violencia sexual a través de la participación política, hasta llegar a ser interlocutoras del Estado como las Mujeres del Wangki en la defensa del Río Coco en Nicaragua.

A 6 años de que la Organización de las Naciones Unidas estableció la Agenda 2030 para los Estados, Mujeres Indígenas de Centroamérica y México como Cunningham, reunidas virtualmente en la Segunda Conferencia Global de Mujeres Indígenas destacan que no hay “muchos avances” en esta agenda global de desarrollo sostenible para los Pueblos Indígenas, y que eso “afecta directamente a los derechos humanos de las Mujeres Indígenas”, tal y como señaló Arcelia García de la Alianza de Mujeres Indígenas de Centroamérica y México (AMICAM).

Arcelia García dijo que en el diagnóstico, realizado por AMICAM, sobre los ODS, se registra el desconocimiento de los ODS entre  las Mujeres Indígenas de México, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá. A través de una muestra de 77 personas, se encontró que el  42.9 por ciento no sabe qué son los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Aunque un 57.1 sí ha escuchado acerca de ellos  y solo un tercio del total ha participado en una actividad, foro, informe nacional o internacional donde se aborden. 

“¿Cómo hacemos realidad los ODS? El primer reto es cómo hacer que ninguna Mujer Indígena se quede atrás, convertir los ODS en algo concreto y cotidiano”, preguntaba la líder Maya Quiché Alma Gilda López Mejía, desde Guatemala. Para López Mejía es un desafío darle vida a los objetivos ante Estados patriarcales, colonialistas y racistas, y para ello hace falta fortalecer más las organizaciones de Mujeres Indígenas desde lo local porque “no existe voluntad política de los gobiernos para que los ODS sean una realidad”.

“Mientras desde el feminismo occidental se habla de que todavía enfrentan techos de cristal, nosotras todavía encontramos techos de cemento”, comentaba la índigena Náhuatl, Guadalupe Martínez para situar el contexto de las Mujeres Indígenas.

También a través de su participación, Guadalupe Martinez dijo reconocer a Martha Sánchez Néstor, indígena Me´phaa, como una activista multifacética pues incidió con su trabajo local al ámbito nacional e internacional, a través de las alianzas que desafiando obstáculos patriarcales. Esto como homenaje al haber fallecido en fechas recientes por complicaciones generadas por la COVID-19.

Covid-19, un factor más de desigualdad

Todas las ponentes coincidieron que la pandemia del Covid-19 acentuó las desigualdades, disminuyó el crecimiento económico, desprotegió los derechos, aumentó la criminalización de defensores de derechos humanos y  los gobiernos se estancaron en proveer servicios de salud, y educación; así como buscar el bienestar, igualdad de género y empoderamiento de las mujeres.  

En la comarca de Kuna Yala, en Panamá, todavía en agosto no llegan las vacunas que sí se ofrecen en las ciudades. Así lo explicó la vicepresidenta de la Unión Nacional de Mujeres Kuna, Isabelys Barsallo, quién puso en evidencia que el estado panameño no cumple con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 3 que quiere garantizar una vida sana y promover el bienestar en todas las edades. Ante ello fueron los 51 pueblos de Kuna Yala quiénes aplicaron sus propias medidas para protegerse. 

El Congreso General Kuna, CGK, Autoridad Regidora del Pueblo de Kuna Yala ratificó la cuarentena comarcal y cerró temporalmente el ingreso de foráneos para controlar la propagación del virus. Por su parte las comunidades tradujeron las medidas dictadas por el Ministerio de Salud de Panamá a sus lenguas originarias, porque “de nada vale dar mensajes ni tener doctores sino hablan el idioma de los Pueblos”, y han aplicado sus saberes tradicionales en materia de salud. Son solo algunas de las soluciones encontradas por las Mujeres Indígenas ante el incumplimiento de los ODS por parte de los estados que habitan. Pero para Barsallo el reto para avanzar en el ODS sobre salud es universalizar el acceso a la salud hasta en los lugares más remotos, que las indígenas estén en puestos claves, se reconozca la medicina tradicional y se construya un plan de atención para las comunidades indígenas ante la resistencia y discriminación. 

Desde el pueblo lenca, en Honduras, Reina Correa habló de cómo la medicina tradicional es parte de la atención de la Covid-19 aunque la medicina occidental no la reconozca y cómo el bienestar entendido desde la gobernanza de las comunidades pasa por un equilibrio holístico con el territorio. Así mismo lamentó que los objetivos de salud y bienestar no sean obligatorios para los gobiernos y que estos informen a la ONU de avances en el cumplimiento que no se materialicen en la realidad de las comunidades, donde ni llega la información de estos avances ni ningún presupuesto para evaluarlos.

Las ponentes hicieron un llamado a todo el sistema de la ONU, los gobiernos y las instituciones aliadas a sumar esfuerzos para la transversalización de los objetivos en las políticas públicas, y reconocer y retomar lo que las Mujeres Indígenas ya hacen en sus territorios, así como su visión integral, que no se divide en los 17 puntos de los ODS.